lunes, enero 15, 2007

ASKAPENA: Euskal Herria infopaso 161 La acción armada de Madrid

Independentzia eta SozialismorantzEUSKAL HERRIA PASO A PASO

Servicio informativo de ASKAPENA Nº 161

EL ENCONTRONAZO

Los tres últimos meses habían dado lugar a un cruce continuo demensajes entre el Gobierno español y Batasuna completamentediferentes. Desde el mes de agosto, la izquierda vasca estabaadvirtiendo que el proceso estaba en crisis. Ese mismo mes, la propiaorganización ETA había señalado que no se estaban cumpliendo los acuerdos que propiciaron el alto el fuego y que, por lo tanto, no seestaban cumpliendo las condiciones acordadas; que respondería sicontinuaban las agresiones por parte del Estado.

Este discurso no secorrespondía con los mensajes del Gobierno español y de sus socios, la derecha vasca. Estos, trataban de reiterar una y otra vez que elproceso iba razonablemente bien.No se puede consolidar un proceso cuando una de las partes respeta elacuerdo de alto el fuego y la otra se dedica a perseguir a sus interlocutores.

A comienzos del mes de diciembre, era evidente quealgo muy grave había ocurrido: hasta la propia derecha vasca admitíaque se estaba viviendo una crisis. La izquierda iba más lejos: en untono de gran preocupación advertía, una y otra vez, que el proceso se había hundido o estaba a punto de hundirse.Ante el riesgo de un previsible encontronazo, comenzaron a escucharseotras voces y nuevas iniciativas reclamando que el diálogo serestableciera.

El Gobierno se reafirmó en toda su batería de medidas represivas.

ETA respondió con la agresión de Madrid a las incontablesagresiones que soportaba un amplio sector del pueblo vasco. El día 30de diciembre, un bomba de gran potencia destruyó la Terminal 4 deBarajas. Aunque los activistas avisaron de forma reiterada y con una hora de tiempo para evitar víctimas no deseadas, dos emigrantesecuatorianos murieron por efecto de la explosión.
La acción armada había roto los cálculos del Gobierno ya que 24 horasantes, Zapatero dejó entrever, sin confirmar, que había habido un contacto y comentaba oficialmente que las cosas iban muy bien y que,después de un año, irían mucho mejor.

Era evidente que aquelpretendido optimismo no se correspondía con el clima de choque que sehabía producido entre bastidores.
El modo de actuación rompía también la tradición de la propia organización armada que, generalmente, hacomunicado con antelación la finalización de las treguas.Las primeras reaccionesLas reacciones políticas de primera hora resultaban confusas y contradictorias. A nivel del Estado, la derecha exigía de formainapelable la ruptura de todos los contactos y la vuelta inmediata alPacto Antiterrorista.

El Gobierno de Madrid fue oscilando: en unprimer momento habló de "suspender" todos los contactos con ETA. La derechona consideró aquella reacción una nueva claudicación por partedel Gobierno ya que dejaba entrever la posibilidad de reanudar elproceso. En Euskal Herria, el tono era algo menos catastrofista. Laizquierda vasca fue rotunda en su afirmación de que el proceso no estaba roto y que era más necesario que nunca.

Otros sectoresprogresistas de la sociedad vasca apuntaban en esta dirección yreclamaban actuar de forma inmediata para reactivar el proceso.
Elpropio Gobierno Vasco trabajaba sobre esta hipótesis. Readecuación de las posturas.
La derecha se reafirmaba en sus llamamientos a la "guerra santa", laizquierda vasca, en sus llamamientos a actuar de forma responsable ya sentar unas bases sólidas para que diálogo se establezca. El PSOE, una vez más, se ha dejado arrastrar por la presión del PP.

A medidaque pasaban las horas, su actitud inicial se fue convirtiendo en unareiterada proclamación de que el proceso había terminado. La derechavasca, como lo ha hecho durante todos estos meses, se alineó con el discurso beligerante del PSOE. Un sector del PNV daba por hecho que nohabía nada de que hablar con Batasuna y, menos aún, con ETA.El PSOE había diseñado una campaña mediática para trasladar conurgencia un mensaje que no pudo difundir con antelación porque ETA no había comunicado la finalización del alto el fuego.

Esto le hasupuesto perder el protagonismo y la imagen de control de la situacióny un revés en sus intereses electorales frente al PP. Los ejes de estacampaña mediática son los siguientes: El proceso se ha roto definitivamente y ETA es la única culpable de la ruptura. Ha acabadoel tiempo de las conversaciones, hay que volver a la represión y elaislamiento.

Los métodos serán los habituales: utilización mediáticade las dos muertes para convocar concentraciones de condena contra los violentos, utilización de la condición de emigrantes de las víctimaspara deslegitimar a al izquierda vasca a nivel nacional einternacional, activar a las federaciones de emigrantes en contra dela izquierda, reunir a todos los partidos para consensuar la agresión que preparan, organizar movilizaciones multitudinarias de condena yexigir que para ser legal Batasuna y la izquierda Abertzale tiene quecondenar ?. todo, menos reflexionar serenamente y tratar dereconducir la situación.

El PSOE ha dejado al descubierto sus verdaderas intenciones: como no ha podido controlar a la bestiaenseñándole la zanahoria, hay que volver a la estrategia del palo,para que sepan los vascos lo que les espera si no siguen el camino dela rendición que se les marca. Ha demostrado también que no tiene voluntad política de solucionar el conflicto sino interesespartidistas. La única voluntad que tiene el PSOE es ganar las próximaselecciones, incluso a costa de la paz y la democracia en el estadoEspañol.Una cruzada plagada de desacuerdosA la hora de castigar a la izquierda surgen importantes desacuerdosentre los "cruzados".
El gobierno quiere consensuar la campaña contodos los partidos "democráticos".

El PP no acepta otro consenso que el acordado en el Pacto contra el Terrorismo; si otros partidosquieren apoyarlo que se adhieran a dicho Pacto. El PSOE quierealcanzar un nuevo acuerdo consensuado con todas las fuerzasparlamentarias. Estas aceptan muy gustosas su participación en la cruzada Las convocatorias de estos días para repudiar a ETA han dejadoal descubierto esta confrontación interna.Entre las fuerzas políticas de Euskal Herria, también es evidente ladivisión. El sector del PNV más controlado por el Presidente Ibarretxe, ha decidido convocar una movilización a favor de "la paz yel diálogo".

El PP vasco ha rechazado la asistencia. El PartidoSocialista vasco ha criticado el modo y el contenido de laconvocatoria pero ha anunciado su asistencia. El sector del PNV, más proclive a secundar al PSOE, acepta de mala gana la iniciativa pueshubiera querido condenas más explicitas. Al lema de la convocatoria sele quiere adjetivar como repudio a ETA para evitar que se adhiera unaizquierda que no tendría ningún inconveniente en asumir el lema.

En este complicado escenario, el día 8 de enero, Batasuna le solicitaa ETA que respete el alto el fuego. ETA, en un comunicado del 9 deenero, acepta la invitación, reprocha la actuación del PSOE y de parte del PNV y se reserva el derecho de seguir respondiendo a lasagresiones. Si esto hubiera ocurrido en Irlanda, quizá se hubieradicho que el Sinn Fein ejercía influencia sobre la organizaciónarmada. Aquí, como somos muy especiales, se ha interpretado lo ocurrido de otra forma: una escenificación de que Batasuna estásupeditada a ETA.

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